En estas últimas semanas hemos sido testigos de terribles noticias vinculadas a ultrajes cometidos contra niñas y niños en nuestro país y las cifras hablan por sí solas. En lo que va del año 2022, entre enero y febrero los Centros de Emergencia Mujer han registrado 134 casos de violencia sexual en niños y niñas menores de 5 años; entre los 6 a 11 años se ha alcanzado la cifra de 650 casos; y de 1,684 casos en adolescentes entre 12 a 17 años. a
A pesar de que tenemos la plena convicción de que cada niño y niña debe crecer en un entorno seguro libre de violencia donde padres, madres y cuidadores deben criarlos con ternura y sin violencia, el trato aún es inadecuado y sigue siendo frecuente normalizarlo.
Hoy en día hablamos de la presencia de un sistema de protección aún débil en su pronto accionar, la falta de adecuación especializada para la atención de sus servicios frente a la violencia sexual hacia niñas, niños y adolescentes, y está como agenda pendiente el fortalecimiento de este sistema.
Desde World Vision Perú y queremos lanzar un mensaje a todos los peruanos y peruanas, porque “debemos poner fin a la violencia en todas sus formas, especialmente la sexual contra las niñas, niños y adolescentes, a través de acciones rápidas, concretas, adecuadas y eficientes”. En esta tarea todas y todos tenemos un papel y un rol prioritario para defenderlos y protegerlos.
Se solicita a las familias redoblar esfuerzos en los cuidados y protección que las niñas, niños y adolescentes necesitan de forma responsable y con ternura, siendo este su entorno más próximo de apoyo emocional para ellos y ellas, donde se generan vínculos y sentimientos de seguridad.
A las instituciones públicas, mayor celeridad, calidad y calidez de sus servicios, así como que NO permitan la revictimización de niñas, niños y adolescentes víctimas de abuso sexual y todo tipo de violencia.
Que la escuela y la comunidad se involucren activamente para prevenir y terminar con la violencia en todas sus formas, incluyendo la sexual, pues la inacción causa daño permanente en las víctimas, sus familias y toda la sociedad de nuestro país.
Nos solidarizamos y oramos por las familias cuyos hijos e hijos fueron y son víctimas de violencia y pedimos a las autoridades dejar de lado lecturas ideológicas y posturas políticas, para que se enfoquen en contribuir efectivamente a la construcción e implementación de políticas que busquen la defensa y protección integral de niñas, niños adolescentes de nuestro querido Perú.
