Cada segundo domingo de abril conmemoramos el Día del Niño Peruano para crear consciencia sobre la necesidad de proteger y respetar sus derechos. Sin duda, en este momento determinante que representa el retorno a las clases presenciales, debemos reflexionar sobre cómo hemos avanzado en el respeto a su derecho a la educación (en el marco de la pandemia que evidenció muchas brechas por cerrar), no solo desde lo académico, sino también en lo socioemocional como eje transversal a su aprendizaje.
Contar con infraestructura adecuada, asegurar los protocolos de bioseguridad y avanzar con las vacunaciones son los temas urgentes en lo se está centrando este proceso de retorno a los colegios, pero existe un tema importante que se está perdiendo de vista: el acompañamiento socioemocional que todo escolar, independientemente de su género, origen o condición socioeconómica, debe recibir para asegurar su bienestar integral y aprendizaje en esta nueva normalidad.
La pandemia y estar lejos de la escuela afectó la salud mental de 3 de cada 10 estudiantes, según un estudio de UNICEF y el Ministerio de Salud, por lo que estamos frente a un escenario en el que el desarrollo socioemocional debe atenderse y priorizarse con la misma importancia que los procesos académicos.
Asimismo, diferentes especialistas afirman que los estudiantes de 1er, 2do y 3er grado de primaria tienen serios retrocesos en alfabetización y aritmética; los de 6to no tienen las competencias suficientes para pasar a la educación secundaria; y los de 4to y 5to de secundaria no están preparados para continuar con su educación superior en las mejores condiciones académicas.
En este contexto, los padres, madres y maestros juegan un rol fundamental para garantizar un acompañamiento tierno en el retorno seguro, enfocado en reconocer las necesidades de sus hijos e hijas también desde lo emocional. Saber cómo está su estado de ánimo, si están felices, preocupados o tristes y conversar sobre sus emociones y saber por qué las sienten puede ser determinante no solo para su salud mental, sino también para garantizar un buen proceso de aprendizaje.
Daniel Yépez, coordinador de Educación de la ONG internacional World Vision Perú, comenta también que la falta de interacción con sus pares ha impedido que los escolares desarrollen sus habilidades sociales, que son importantes para su formación académica y personal.
“En este punto de inflexión, los padres, madres y cuidadores debemos preocuparnos por realizar acciones para que nuestros hijos e hijas se recuperen de estos momentos difíciles en su formación y puedan superar sus preocupaciones y experiencias adversas en el seno familiar, como primer espacio para la educación integral. Asimismo, los maestros deben prepararse para ofrecer espacios de confianza donde los alumnos puedan regular sus emociones para darles apoyo emocional, pues recordemos que más de 80 mil niños, niñas y adolescentes han experimentado duelos y carencias directas que han podido afectar su desarrollo socioemocional”, explica el psicólogo.
Quizás problemas complejos requieren soluciones estructurales, pero comenzar por uno mismo puede hacer la diferencia. En casa, busquemos espacios familiares para conversar en un ambiente de confianza con nuestros hijos adolescentes; para los más pequeños, el juego se hace indispensable como recurso natural para regular sus emociones. Esto ayudará a superar situaciones o experiencias que les generan estrés o les afecta.
En el colegio, se les puede brindar espacios de expresión mediante las artes plásticas, la literatura y la música, así pueden expresar sus emociones y vivencias. Cabe destacar también las horas académicas que algunos colegios se están tomando para analizar el estado socioemocional y de salud mental de sus estudiantes en estos primeros días de retorno a la presencialidad. Ello contribuirá a que se puedan tomar acciones oportunas para desarrollar planes de acompañamiento diferenciado que todo niño y niña necesita.
Desde World Vision Perú, continuamos trabajando para aportar los esfuerzos del Estado y la comunidad educativa para atender la educación de manera integral. Además de nuestra contribución con tablets, instalación de antenas de Internet, kits escolares, entre otros, hemos logrado buenos resultados con los talleres de capacitación a más de 7 mil maestros de las regiones más vulnerables, que hoy están mejor preparados para brindar acompañamiento y contención emocional a sus escolares.
La recuperación de la educación en la nueva normalidad ha evidenciado brechas aún existentes, pero también oportunidades para hacer las cosas mejor. Es responsabilidad de todos brindar a nuestra niñez y adolescencia las mejores herramientas y condiciones socioemocionales para que estén preparados para construir el país que tanto queremos.
