Al norte de Trujillo, en la distrito de Huanchaco, está ubicado el centro poblado El Milagro que hoy muestra una cara muy diferente a la de hace 15 años cuando la zona era muy pobre, los niños y niñas sufrían de desnutrición crónica y anemia, y las familias estaban desorganizadas como comunidad.
Es ahí cuando la ONG Internacional World Vision Perú, tras realizar un diagnóstico de vulnerabilidad, detectó las carencias de recursos básicos, la baja calidad en la educación, la presencia de pandillaje, violencia infantil, entre otros, decidió invertir su experiencia para intervenir en la zona y apoyar a cambiar esta realidad.
En el 2007 empezaron los trabajos para implementar proyectos para mejorar la calidad de la salud y educación, ofrecer oportunidades de emprendimiento a los jóvenes y brindar protección a las familias, en especial de los niños, niñas y adolescentes (NNA).
Salud, educación y emprendimiento
“El primer paso para iniciar los proyectos era ganarse la confianza de las familias que en un inicio se mostraron desinteresadas. Para ello, articulamos un plan de sensibilización con reuniones y convocatorias para explicarles la necesidad de generar cambios de hábitos y costumbres en la forma en que criaban a sus hijos para mejorar su bienestar integral”, sostuvo Guillermo Salcedo, coordinador regional de World Vision Perú.
EL trabajo de la organización se caracteriza por involucrar a las comunidades, sus autoridades y socios en la implementación de las acciones para que logros conseguidos se vuelvan escalables y sostenibles.
Ello se evidencia en los avances en aspectos clave para el bienestar de la niñez de la zona. Uno de ellos fue el acceso al agua segura, que logró que los niños y niñas menores de 5 años mejoraran sus hábitos de higiene como el lavado de manos, disminuyéndose los casos de infecciones estomacales. Asimismo, recibieron un adecuado control nutricional que generó que se incremente de 29% a 72% los niños y niñas con un crecimiento y desarrollo adecuado.
En cuando a educación, se incentivó el hábito de la lectura a través de la implementación de ludo bibliotecas, ferias de lectura y donación de tablets con conexión a Internet, así como se capacitó a más de 900 docentes para fortalecer sus capacidades en competencias emprendedoras, habilidades socio emocionales, educación financiera y crianza con ternura.
Gracias a ello, el Ministerio de Educación evaluó el progreso de los estudiantes de la zona a través de la evaluación censal, donde el nivel de comprensión lectora fue satisfactorio en las niñas y niños de 2° grado de primaria, subiendo de 11.6% a 45.5%; y en los estudiantes del 4° grado de 27.5% a 32.3% .
Un apoyo clave que recibieron más de 320 adolescentes y jóvenes fue capacitarse en el proyecto “Youth Ready”, en el que fueron preparados para el diseño y preparación de sus proyectos de emprendimiento, para convertirse en agentes de cambio en sus comunidades. De ellos, 150 ellos recibieron el capital semilla para que pudieran convertir esos emprendimientos en realidad. Noventa jóvenes consiguieron oficios.
Juntos durante las emergencias
En los peores momentos la red de voluntarios y el personal del PA El Milagro dieron la mano a la población afectada por el deslizamiento a causa de lluvias por el fenómeno de El Niño Costero ocurrido en el año 2017. Se repartieron kits de higiene, alimentos y ropa a 350 familias, así como se abasteció de agua a las zonas más vulnerables, se implementaron albergues temporales y espacios amigables para la niñez, entre otras acciones.
Tres años después, por la emergencia sanitaria por la Covid 19, la ayuda se focalizó en la entrega de 1372 bonos económicos para que puedan solventar sus necesidades básicas, la donación de más de 700 kits de alimentos y el monitoreo a las familias para detectar casos de contagio para orientarlas en qué acciones tomar.
World Vision Perú
Tras 17 de años de arduo trabajo, la intervención en El Milagro llega a su fin con muchas satisfacciones y legado para las actuales y futuras generaciones. En total fueron 950 familias y 1000 niños, niñas y adolescentes que pudieron transformar sus vidas.
Sin duda alguna, uno de los mayores logros ha sido que la comunidad comprendiera la importancia de criar sin violencia a los niños y niñas y cambiar sus paradigmas por el enfoque de ternura, pues solo así se garantiza que puedan crecer sanos, felices y empoderados para convertirse en agentes de cambio para sus familias y el país.
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