Para las voluntarias del Comedor Solidario “María Auxiliadora”, ubicado en el local comunal del Asentamiento Humano 19 de Mayo, del distrito limeño de Los Olivos, la mayor motivación para acudir desde tempranas horas del día y de lunes a viernes a preparar alimentos, es el deseo de ayudar a las niñas, niños y sus familias más necesitadas sin hacer ninguna distinción, entre ellas la nacionalidad.
Las madres de familia que asumen este voluntariado en dicho comedor, entre ellas Rosa, Carmen, Paulina y Norma, saben que el hambre apremia a todos por igual y, por esa razón, siempre se inspiran en el lema “la solidaridad no tiene fronteras”.
Este comedor distribuye todos los días más de 100 almuerzos, y parte de sus raciones son entregadas a familias migrantes vulnerables venezolanas, entre ellos niños, niñas, adolescentes, mujeres embarazadas y personas con discapacidad.
Esta ayuda a la población migrante es posible gracias al proyecto “Reduciendo la vulnerabilidad de la población venezolana en el Perú”, apoyado por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) en asociación con World Vision Perú y CARE.
El comedor solidario “María Auxiliadora” forma parte de otros 25 comedores que brindan ayuda en Lima, La Libertad, Tumbes y Tacna. En conjunto entregan alrededor de mil almuerzos diarios a niños, niñas, adolescentes y familias migrantes que vienen enfrentando múltiples carencias en medio de la “segunda ola” de la pandemia del coronavirus Covid-19.
En medio de las carencias y dificultades que para muchas familias peruanas y migrantes se han ahondado debido a la emergencia sanitaria nacional, la solidaridad a través de ayuda alimentaria permite sobrellevar los problemas y mirar el futuro con optimismo.
Mujeres solidarias
Rosa, presidenta del Comedor “María Auxiliadora”, agradece a la cooperación internacional como USAID y a las organizaciones humanitarias como World Vision y CARE por el apoyo que les brindan para extender la entrega de alimentos a la población migrante. “Nuestra principal motivación es poder ayudar al prójimo, independientemente de su nacionalidad”, afirma.
Para Carmen, secretaria del comedor, son muchas las necesidades que enfrentan las familias venezolanas y es necesario brindarles ayuda, “sobre todo a los niños y madres que la pasan muy mal”. Paulina, también voluntaria, afirma que se trata de ayudar a las familias y niños “venezolanos que sufren y que a veces no tienen qué comer”.
Las jornadas en un comedor
Las mujeres voluntarias de todos los comedores solidarios a los que apoya el proyecto inician su jornada a las 7 de la mañana, con los preparativos para cocinar los alimentos del día, que gracias al asesoramiento de un nutricionista contiene los requerimientos calóricos de los niños y adultos beneficiarios.
Para la preparación del menú del día siguen todos los protocolos de higiene y salubridad, como el uso de mascarillas, de guante, alcohol y otros desinfectantes. Asimismo, hacen cumplir las medidas de distanciamiento social a la hora en que las madres o padres de las familias beneficiarias acuden a recoger los alimentos que deben ser ingeridos en sus respectivos hogares.
Por lo general, las voluntarias reservan algunas raciones adicionales, pues a menudo aparece un “caminante” (migrante que recorre las calles buscando cualquier tipo de ayuda) a quien entregan un menú y le piden que se inscriba para ser evaluado e incorporado al padrón de beneficiarios que se renueva cada 60 días.
Sin discrimación
Para Sandra Contreras, Directora Ejecutiva de World Vision Perú, con esta labor buscan contribuir al bienestar y protección de los niños y niñas que residen en nuestro país, sin hacer ningún tipo de discriminación, ni por edad, sexo, religión y nacionalidad.
“Tenemos identificado que muchos niños venezolanos, igual que peruanos, tienen muchas necesidades no cubiertas y frente a ello, como organización, contribuimos a la respuesta porque la solidaridad no tiene fronteras”, subraya.
Para el Director de USAID, Jene Thomas, este apoyo a las familias migrantes tiene como objetivo atender sus necesidades más urgentes de alimentación, higiene, salud y techo, como es en el caso de este proyecto.
“Estamos contribuyendo a mitigar los efectos que la pandemia está ocasionando en ellos. El Gobierno de los Estados Unidos reafirma su compromiso de seguir colaborando por la mejora de la calidad de vida de los venezolanos migrantes".
Añade que los comedores solidarios han beneficiado a 2,248 personas (entre ellos 266 peruanos) y entre setiembre y diciembre pasado entregaron más de 71 mil almuerzos; pero la solidaridad no se detendrá.