Los aumentos han sido especialmente agudos en los países más pobres, dependientes de las importaciones, o afectados por el cambio climático.
Un nuevo reporte de la agencia internacional humanitaria, World Vision, revela cómo la espiral de aumentos en los precios de los alimentos contribuye a una crisis global de hambre, poniendo a millones de niños y niñas en riesgo de muerte.
“Los precios de los alimentos han aumentado globalmente a lo largo de los últimos años, mientras el mundo trata de recuperarse de la triple crisis de la COVID-19, conflicto y el cambio climático,” afirmó Mary Njeri, Directora de la Respuesta Global contra el Hambre de World Vision. “La mayoría de la población está experimentando el impacto de precios de los alimentos al alza, pero para algunos, esto tiene consecuencias potencialmente mortales. Se estima que casi 50 millones de niños y niñas tienen tan bajo peso respecto a su talla que enfrenta mayor riesgo de muerte. El número de personas con hambruna aguda aumentó 25% desde inicios de año, y a menos que tomemos acciones urgentes, más familias tendrán dificultades para alimentarse”, agregó.
La investigación de World Vision halló que ha habido un incremento generalizado del 14% en los precios de los alimentos en el último año. Los aumentos han sido especialmente agudos en los países más pobres, dependientes de las importaciones, o afectados por el cambio climático: en Haití, la nación más pobre de América Latina y el Caribe. En naciones como Colombia, en donde habitan más de 2,5 millones de personas migrantes o refugiadas provenientes de Venezuela, el precio de los alimentos subió 23% en el 2021.
Globalmente, 345 millones de niños y niñas y familias sufren hambre aguda y tienen dificultades para obtener alimentos. El hambre se ha generalizado, pero la niñez en zonas de conflicto, desplazada y/o en tránsito migratorio tiene mayor riesgo de sufrir desnutrición. El costo de una canasta básica para un obrero deja ilustrar la disparidad: algunas personas afectadas por el conflicto en la República Democrática del Congo tienen que trabajar 17,2 días para comprar la misma comida que en Singapur requeriría 1,7 horas de trabajo.
En Honduras, un trabajador requeriría 1,7 días laborales y en Haití 7,5 días laborales para adquirir alimentos, que en Corea del Sur costarían 2,7 horas laborales o 2,8 horas de trabajo en Canadá, según el reporte de World Vision.
“En países como Haití, Honduras, Guatemala o Venezuela –este último que sufre hiperinflación crónica-, para muchas familias el acceso a alimentos es limitadísimo debido a las altos niveles de pobreza y desempleo vigentes, afirmó Joao Diniz, Líder Regional de World Vision Latinoamérica y el Caribe.
“Por eso, a nivel global la búsqueda de soluciones sostenibles requiere atender dos factores raíz: la voluntad política para el cese de conflictos y la prevención y mitigación urgente de los efectos del cambio climático y el proveer ayuda humanitaria inmediata para la sobrevivencia de la niñez y familias más vulnerables”, expresó Njeri. “La comunidad internacional debe escalar urgentemente los esfuerzos de ayuda para alcanzar a 50 millones de personas que enfrentan niveles de hambre de emergencia y catástrofe”, añadió. Es imprescindible apoyar los esfuerzos para el acceso humanitario a las comunidades más vulnerable, y proveer soporte a modelos de producción adaptados al cambio climático, para prevenir, dijo.
“Siempre decimos nunca más, pero muchas familias están en el límite de una crisis devastadora e inevitablemente, si no actuamos, millones de niños y niñas pueden morir de hambre. Hay suficiente dinero y comida en el mundo para prevenir esta situación. Nigún niño debería vivir con hambre en el siglo 21. Debemos actuar ahora”, dijo la funcionaria de World Vision.
Notas:
La encuesta de monitoreo de los precios de alimentos fue realizada por World Vision en 37 países4 entre agosto y Setiembre 2022.
El reporte 2021 puede ser descargado acá: Price Shocks: How COVID-19 is triggering a pandemic of child malnutrition and what is needed to prevent this from happening.