Anali tiene 19 años y vive con su familia en la región Ayacucho. Su papá es albañil y su mamá ama de casa. Es la quinta de ocho hermanos y trabaja medio tiempo en un restaurante campestre para ayudar con los gastos del hogar. En el 2020, se enteró de los talleres de Youth Ready de World Vision Perú, que brindan habilidades para la vida y el trabajo, y no dudo en inscribirse.
La joven ayacuchana participó con entusiasmo de las capacitaciones durante cinco meses y luego invirtió el capital semilla que le otorgaron para impulsar su emprendimiento de venta de ropa para mujeres. Puso en práctica las estrategias de marketing para persuadir a las personas de comprarle las prendas y usó las redes sociales como plataforma para comercializarlas.
“Estoy muy agradecida con World Vision porque me enseñó a emprender para tener mis propios ingresos. He aprendido todo lo relacionado con las ventas, presupuestos y cómo crear cuentas en Facebook e Instagram para promocionar mi negocio. Me está yendo bien”, precisa tras indicar que está lista para llevar a cabo su próximo proyecto, que es tener su propio taller de confecciones.
Asimismo, Anali está contenta por haberse graduado de la primera promoción del curso de corte, confección, costura y tejido del centro de emprendimiento de la Dirección Regional de Trabajo y Promoción del Empleo de Ayacucho. Esta importante iniciativa contó con el apoyo de World Vision Perú, con la donación de máquinas de coser, remalladoras, recubridoras, hilos y telas.
“Cuando entré al curso no sabía nada. El profesor nos enseñó a cortar las telas y poner los hilos en las máquinas para coser. Hicimos mandiles, polos, poleras, pantalones, joggers y moldes de vestidos. Usaré el dinero que gané en la venta de ropa para comprar máquinas y abrir mi taller. Hacer ropa te diferencia de la competencia y puedes ahorrar dinero al comprar los insumos”, resalta.
La emprendedora confiesa con orgullo que ya realizó sus primeras ventas de prendas elaboradas por ella misma. “Mis compañeras de trabajo me vieron con una polera que me hice en el curso y me hicieron pedidos porque les gustó el modelo. Estoy haciendo los trámites con apoyo del Gobierno Regional para abrir mi taller”, manifiesta la joven, quien este año ingresó a la universidad para estudiar trabajo social.
Anali destaca que continuará con sus estudios universitarios y paralelamente seguirá con su emprendimiento, que incluye la venta de ropa y abrir su taller de confecciones. Quiere seguir apoyando a su familia y espera ayudar a otras personas. Todo un ejemplo para no dejarse vencer por las adversidades.